Prólogo


Prólogo

Existe una historia, moraleja, parábola, cuento o como lo queramos llamar que encierra la esencia y verdadera finalidad de El Proyecto.
Esta historia la aprendió Arturo en un curso de misión y visión donde tuvo la oportunidad de asistir a los veintitrés años.
A través de un vídeo se observaba una pareja que caminaba por una playa desierta contemplando una puesta de sol.
Mientras caminaban, vieron en la distancia la figura de una persona que desde la orilla de la playa corría hacia el mar, realizaba lo que parecía un paso de ballet saltando y elevando su mano derecha al aire, caía sobre la arena, corría de nuevo a la orilla de la playa, se agachaba y volvía a realizar el extraño ritual: paso de ballet, salto y mano derecha al aire. Al acercarse al hombre, lograron descifrar el enigma de tan extravagante movimiento: el hombre se agachaba, recogía una estrella de mar de las miles que había en  la orilla de la playa, salía corriendo hacia el agua y lanzaba con un breve salto la  estrella al mar.
 Aún así, ignoraban el sentido de esa extraña danza, y movidos por la curiosidad, la pareja preguntó al hombre:
  Perdone, señor, ¿nos podría decir qué está haciendo?
– Estoy devolviendo al agua estas estrellas de mar, ya que al bajar la marea se han quedado atrapadas en la arena de la playa y si no las devuelvo al mar morirían  –contestó él sin abandonar su tarea.
La pareja se miró estupefacta y la mujer le preguntó:
–¿Nos quiere usted decir que intenta salvarlas a todas? ¿Pero no se da cuenta que sobre la arena de la playa hay cientos, miles de estrellas? Son demasiadas... ¿No ve que pierde el tiempo?  ¡No puede salvarlas a todas!
El hombre de la extraña danza se agachó de nuevo, tomó otra estrella de mar y, mientras la devolvía al agua, respondió con una sonrisa:
– ¡A esta sí la pude salvar!

Esta es la única y real intención de este libro, de esta historia denominada El Proyecto.

No hay comentarios: